sábado, julio 31

Desolación

Hacía ya varios días que estaba apresada entre las púas aceradas de la valla de alambre de espino. El sol, implacable por esas latitudes, se ensañaba con ella intentando achicharrarla, pero su piel lacerada, aunque blanca y fina, era tersa y resistía sus embates. Por la noche, el viento, ese mismo viento que la trajo de no se sabe dónde, la zarandeaba, la sacudía, la henchía para luego vaciarla y dejarla caer, jugando con ella como si fuese un pelele. A su alrededor se elevaban gemidos espeluznantes que, desgarrando la negritud de la noche, se alzaban al cielo para exigir una paz que no llegaba. Y es que, a lo largo de los muchos y muchos kilómetros de la valla que bordeaba la autopista, en la más aislada soledad colectiva, como ella, varios miles de otras bolsas de plástico seguían atrapadas entre las púas desde hacía años sin que nadie nunca las liberara...


Por Víctor Pérez - © 2010 en adelante



Nota: este minirelato está asociado con esta entrada.

¿Hasta cuándo?


3 comentarios:

Aire_Azul dijo...

Hola, Víctor.

Esta vez, nos comunicas un ambiente inquietante y violento. Esto aparece ya desde el principio y por mi parte, lo encuentro muy interesante y muy bien reflejado.
El lector se deja soprender al final, aunque con "la henchía para luego vaciarla y dejarla caer", se adivina ya que no se trata de un ser humano. Tal vez, me hubiera gustado que dure aún más la incertidumbre, pero lo que has conseguido ya es precioso.
Me ha gustado mucho el ritmo que diste a tus frases y que refleja cierta tristeza, también la imagen del pelele, la "aislada soledad colectiva" y el abandono me parecen justos y bien imaginados. Rodea aquí la idea de la muerte. Y esta percepción es palpable y estremecedora. El último zoom atrás, que nos revela el objeto es a la vez aliviador en cuanto al ser del cual se trata e inquietante dado que esta contaminación galopante nos ofrece un paisaje de los más desolados.

Gracias por este texto.
Espero leerte de nuevo muy pronto.

Víctor Pérez Pérez dijo...

Muchas gracias, Aire Azul, por hacer un análisis tan profesional y completo a estos modestos relatos. Es todo un lujo.

Víctor

Lytha dijo...

Buenas noches...
He pasado por aquí de casualidad, cómo por Arte de Magia...
Si es que ésta en sí existe...
He de decir que me ha atraido tu forma de escribir... es extraño cómo se puede describir tanto en tan poco...
Enhorabuena!
Espero que esa magia qué me ha traido hasta aquí, me permita quedarme un poquito más de tiempo para seguir disfrutando de tus textos...

Un saludo.

Litha.