sábado, noviembre 27

Una extraña pareja

- Pero es que yo te quiero y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado.
- Ya sabes que yo también, cariño, pero debemos madurarlo. Tus padres y los míos son demasiado mojigatos y debemos prepararlos.
- Pues a mí me da igual lo que piensen nuestros padres. ¡Si nos quieren deberán aceptarnos como somos! ¡Al fin y al cabo, hasta los matrimonios entre homosexuales están ya legalizados! Además, incluso tenemos ventajas si un día decidimos adoptar un bebé: nuestro hijo no tendrá problemas con los demás.
- Lo sé, lo sé, pero tienes que admitir que somos un caso muy particular. No somos una pareja demasiado convencional.
- ¿Y qué? A lo mejor hay muchos casos como el nuestro. Hasta podrían salir del armario cuando nos casemos.
- No sé, cariño, no sé. Pese a que somos una pareja ideal, yo muy viril y tú con mucha feminidad, me da miedo.
- Ten en cuenta que, salvo para nuestras familias y nuestros amigos, podemos perfectamente pasar por una pareja de lo más normal. Nadie tiene por qué darse cuenta de que tú eres lesbiana y yo gay.


Por Víctor Pérez - © 2010 en adelante

domingo, noviembre 14

Crisis

Este mes, una vez más, voy fatal. Además, mañana tendría que pagar el seguro del coche. Sin contar que, como todos los meses, tengo el alquiler del apartamento y que girarle a Susana la pensión por el niño. La luz y el teléfono. Y solo me ingresarán el paro el día 10. Los 1.165,72 euros no me durarán ni un día. Nadie me ha contestado a los cerca de 300 currículos que he enviado. Las empresas de trabajo temporal tampoco me dicen nada. ¡Qué asco!
- Enjuáguese.

Bueno, sí, está esa que me ha ofrecido nueve días de vigilante en un supermercado de 6 a 9 de la mañana por 189 euros para los nueve días y van, encima, y me llaman para decirme que se ha aplazado todo y que ya me llamarán. ¡Son unos vivos!
- Enjuáguese.

Me tendría que comprar algo de ropa. A según qué entrevistas, si me llamaran, no puedo llevar la ropa que tengo. Está anticuada y desgastada. Cuando cobre me daré una vuelta por el mercadillo a ver qué veo. Al menos estará nueva.
- Enjuáguese.

De vendedor de más de 40 viviendas al año, al paro puro y duro. ¡Casi dos años en el paro! Ya no puedo ni ponerle gasolina al coche. Ahí está en la calle, pudriéndose de polvo y de arañazos. ¡Qué asquito!
- Enjuáguese.

Y a este, ¿cómo le digo yo ahora a este que no le puedo pagar los 38 euros por la muela que me acaba de arrancar y que me estaba matando? Creo que voy a gritar.
- Enjuáguese y escupa.



Por Víctor Pérez - © 2010 en adelante
A veces, parece que sacando la lengua se puede superar mejor ciertas dificultades.