sábado, julio 31

Desolación

Hacía ya varios días que estaba apresada entre las púas aceradas de la valla de alambre de espino. El sol, implacable por esas latitudes, se ensañaba con ella intentando achicharrarla, pero su piel lacerada, aunque blanca y fina, era tersa y resistía sus embates. Por la noche, el viento, ese mismo viento que la trajo de no se sabe dónde, la zarandeaba, la sacudía, la henchía para luego vaciarla y dejarla caer, jugando con ella como si fuese un pelele. A su alrededor se elevaban gemidos espeluznantes que, desgarrando la negritud de la noche, se alzaban al cielo para exigir una paz que no llegaba. Y es que, a lo largo de los muchos y muchos kilómetros de la valla que bordeaba la autopista, en la más aislada soledad colectiva, como ella, varios miles de otras bolsas de plástico seguían atrapadas entre las púas desde hacía años sin que nadie nunca las liberara...


Por Víctor Pérez - © 2010 en adelante



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¿Hasta cuándo?


martes, julio 6

Compensación…

- ¡Jaja! ¡Si será tonto! Acaba de meter la mano debajo del cortacésped en marcha. ¡Se la debe de haber triturado!
- ¿De quién hablas, querido?
- Del vecino nuevo, ya sabes, el “pupas”.
- ¡Pobre hombre! ¿Estará herido?
- ¡Quita, quita! Hay gente que parece que se las busca. El otro día se electrocutó, ayer se dio un martillazo en un dedo, hoy casi pierde una mano. ¡El infeliz no da una!
- ¡Parece que disfrutas con la desgracia ajena!
- ¡Jaja! Tú siempre tan buena samaritana. Si es que no se puede ser más tonto. ¡Pobre desgraciado! Bueno, me tengo que ir que si no pierdo el avión. Ya me contarás si se lo lleva la ambulancia, ¡Jaja! Hasta la semana que viene, querida.
- Adiós, bondadoso. ¡Y dale recuerdos a tu secretaria...!

- Cariño, ¿me puedes decir a qué estás jugando?
- ¡Jaja! ¿Hoy también se lo ha tragado?
- ¡Si hasta casi yo me lo creo!
- ¡Qué ingenuo!
- ¿Así que no te has hecho daño?
- ¡Pues claro que no! Ya sabes que lo hago para compensarle.
- Un día vas a acabar haciéndote daño de verdad, ya verás.
- Tranquila, cariño, todo está bajo control. ¿Nos vemos luego?
- Pues claro. Un beso.
- ¡Otro!

Por Víctor Pérez - © 2010 en adelante

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