A sus sesenta años, Pedro aún viajaba mucho a causa de su trabajo de representante de comercio. A la hora de la comida, para aliviar su soledad, se inventó algunos juegos mentales. Uno de estos juegos era contar los comensales que, en apariencia, eran mayores que él. En general, la proporción siempre era muy baja: en muchas ocasiones él era el de mayor edad. A causa de estos resultados, que decidió negativos, el juego se fue tornando poco a poco en obsesión. Hasta el día en que llegó temprano al restaurante de un área de servicio en el que comía un grupo de jubilados pertenecientes a la asociación de jubilados del país. Los números le salieron favorables y se sintió rejuvenecido. Desde ese día decidió detenerse sólo en los restaurantes en cuyo aparcamiento hubiese algún autobús. Los días en que después de varios intentos no encontraba ninguno, se quedaba sin comer...
Por Víctor Pérez - © 2009 en adelante
Hip hip hurrah! de Peter Severin Krøyer |
3 comentarios:
Victor, eres una cajita de sorpresas. Gracias por invitarme a tu blog. Espero que sigas subiendo relatos.
Tu texto es original y ameno, como tus posts en WR
Besos.
Muchas gracias por la invitación a participar a este blog, Víctor.
Muchísimas gracias por la confianza y por este texto, que me gustó mucho.
Este protagonista, pobre de él, tiende a encontrar más días de ayunas, si sigue así.
Un abrazo fuerte.
Josi
Un très grand merci Víctor !
Je suis ravie de ton invitation, bien que peu familiarisée avec les blogs.
Délicieuse "nouvelle". Quel plaisir !
Muxus.
Miely
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