sábado, noviembre 14

Ciber-ligue...

Por primera vez en su vida, Ramón, felizmente casado, iba a intentar iniciar una aventura. En el fondo, era más por vanidad que por otra cosa.
Todo empezó tres meses atrás: chateando en la red entabló conversación con “Ana”. Ese día, por fin, iba a conocerla. Él era “Luis”. Se citaron en una de las cafeterías de un conocido centro comercial del extrarradio. Como jamás intercambiaron fotos, Luis, es decir Ramón, iría con un periódico en la mano y Ana con una revista. Pero Ramón, por cobardía, fue a la cita sin el periódico. Ya localizaría a Ana con su revista, se dijo. ¡Claro que también ella podía hacer lo mismo! Bueno, ya improvisaría. Apenas entró en la cafetería, con unos estudiados minutos de retraso, se llevó una sorpresa descomunal: en la primera mesa, mirándolo con ojos como platos, estaba María, su mujer, delante de un café.
- Pero... ¿qué haces tú aquí? -preguntaron los dos a la vez.
- Pues… acabo de salir de ver a un cliente -dijo él, con cierto aplomo. ¿Y tú?
- Pues yo había quedado con Pili para ir de tiendas por aquí pero me acaba de llamar diciendo que ha tenido un contratiempo y que finalmente no puede venir, ¿me acompañas?
- ¡Vale! -contestó Ramón al tiempo que, de soslayo, miraba por la cafetería donde no vio ninguna mujer sola…

Por Víctor Pérez - © 2009 en adelante


Bistrot "Les deux magots" Saint Germain des Prés - Johanson 


8 comentarios:

Aire_Azul dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Aire_Azul dijo...

Hola, Víctor,

Me ha gustado tu cuento, por el humor que radica en esta mentira mútua matizada de cobardía. El lector adivina antes que el personaje lo que le está ocurriendo. Y, sin embargo, lo había calculado casi todo. Casi.
Un pequeño detalle me llamó la atención : habían debido de ser borrosas, la fotos que se mandaron, ¿No te parece?
Me recordó una cita algo diferente, pero en esta también asuma una buena dosis de humor : la que cuenta un tal Sabina, en su Tratado de Impaciencia Número 10.
Un abrazo.

Víctor Pérez Pérez dijo...

Hola, Aire Azul:
Respecto a las fotos, se supone que queda claro que jamás se intercambiaron fotos, razón por la que irían pertrechados respectivamente de periódico y revista...
Víctor

Aire_Azul dijo...

La culpa es mía, creo que te he leído con distracción. La próxima vez, me pondré las gafas y estaré más atenta
Gracias por compartir tus cuentos.

mielyazabache dijo...

Super ! J'aime beaucoup aussi et... Cela évoque des choses non identiques mais proches de situations connues. Sourire...

Unknown dijo...

Víctor, muy buen tu blog, buena la idea: utilizar el humor para todo, autopsias, lavados de cerebro, enemas, aceite de ricino, vomitivos, todo vale para llegar a la verdad a través del humor. Descubro tu verdadero nombre y apellidos, siempre creí que eran seudónimos. También debo hacer un acto de fe (que no auto) en temas de política me confieso discipulode Marx, no del Karl, sino de Groucho Marx, tambien Voltaire y Prévert con el español Quevedo han modelado mi concepción del mundo y de las cosas, Suerte y un abrazo.

Víctor Pérez Pérez dijo...

Gracias por tus palabras, Alfredo, me alegro de que te haya gustado la idea.
En cuanto a lo de aplicar humor a la ingesta del aceite de ricino, no sé, no sé...
Un abrazo.

Cristina dijo...

Pero no, aire azul, lo que pasa es que cada uno había puesto la foto de algún amigo o top-model que había encontrado por ahí... ji, ji, me ha gustado mucho a mí también.

Por cierto, buenas fiestas y buen año a todos.